Bailar es para valientes. Saber abandonarse a la música y su ritmo para moverse, libre de cualquier complejo.
Por eso, en la noche especial de la Casa Encantada, en su gran fiesta, se comenzó la velada con la magia de un baile. Una pareja de bailarines destilaba pasión con sus movimientos y levantó la veda del atrevimiento, para que tras ellos, los invitados se lanzaran a la pista.




El ambiente era tan bueno, que los fantasmas no habían osado aparecer y se mantenían discretos a la espera de un momento más oportuno para sus quehaceres -esos que van de apagar luces, arrastrar muebles o susurrar secretos al oído de los durmientes-. Y es que, ¡con tanta alegría los sustos no habrían surtido ningún efecto!.
La fiesta era un éxito porque no necesitaba que nadie corroborase tal cosa. Lo de buscar reconocimiento público era cosa de humanos.
La propietaria de la mansión, siendo niña ya fantaseaba con tener una casa de las que despiertan la imaginación con sus recovecos misteriosos; tan amplia que casi no tuviera límite de invitados.



Por si fuera poco, allí se podría contactar, de tanto en tanto, con quienes nos vigilaban desde el otro lado, o descubrir la presencia de musas que regalasen inspiración…
EN MI CASA ENCANTADA, al igual que en la de esa propietaria orgullosa, también hay magia. Se esconden historias, en pequeños tarros que voy abriendo, y las entrego en pequeñas gotas. Y suerte que también es amplia, porque las cifras son mejores de lo que esperaba, ya en el umbral de las 12.000 visitas.



Cuando las dudas me asaltan -en las noches de tormenta con escalofríos- escucho el consejo de mi hermana Marilina y me convenzo de que lo importante es hacer lo que me gusta. Y en los buenos momentos -como los días de primavera con sus flores-, cojo fuerzas para renovarme y proseguir con más entusiasmo.
Este blog complementa mi vida.



Me emociona saber que no sólo tengo lector@s en España, si no en otros lugares del mundo, como Argentina, Chile, Costa Rica, Colombia, Estados Unidos, Irlanda, Italia, ¡China!.. – seguro que me dejo países en el tintero pero agradezco todas y cada una de las visitas-, y es que gracias a la magia de la red, las distancias desaparecen.
Bueno, y ahora, dejémonos de cháchara y regresemos a esa fiesta maravillosa, porque quiero seguir bailando.
No olvidemos que bailar es de valientes, o incluso más que bailar, atrevernos a vivir en color: ¡eso sí que tiene mérito, cuando todos acarreamos problemas empeñados en arrastrarnos!.
No perdamos nunca la ilusión por los detalles, los que convierten lo «normal» en «mágico». La vida pasa demasiado rápido para no retener lo mejor de ella.



Fotografías: Imagen 1 S. Herman & F. Richter – Imagen 2 Engin Akyurt – Imagen 3 (11333328) – Imagen 4 Peggy Choucair – Imagen 5 Siala – Imagen 7 AllClear55 a través de Pixabay. Imagen 6 archivo personal elenacone.
¡Hasta el próximo Post!
Me ha encantado, bueno, siempre.
Gracias, me alegro!
Me uno al baile
🙂
ENHORABUENA por tus 12.000 visitas!!!
Como siempre me encanta tu relato y hoy al leerlo he sentido una especial alegría al ver mi nombre ♡♡♡♡♡ gracias!!!! Que tu imaginación no pare porque nos das pie a soñar a tu lado.
Gracias a ti sister por animarme siempre!❤️
Que bonito lo haces! Enhorabuena.
Muchas gracias!
Bailando la vida pasa mejor……
Me ha encantado me parecía verme a mi bailando.Yo bailo salsas y bachata
Gracias. Bailar es bueno para el cuerpo y la mente 😉
Me encantan tus relatos
Gracias María! 🙂
es verdad lo que dice el relato,la vida es tan fragil y hay que atreverse a vivirla en color aunque sea dificil aveces
Cierto Erika, saludos!