Mirando al monstruo a los ojos

(El dolor en cualquiera de sus formas).

Su figura terrible tiene muchos brazos, a veces te agarra directamente y otras, te alcanza su latigazo al saber que la víctima es alguien a quien quieres y aprecias. A través de sus dedos propaga el sufrimiento físico, pero también el emocional y psicológico, no menos importante.

Es algo tan real como inevitable, y cuando llega no queda otro remedio que mirarlo de frente. Hay que afrontar que será complicado resistir su embate para intentar doblegarnos.

En mi Casa Encantada no sólo hay belleza, también hay una habitación oscura, en el sótano, en la que vive ese monstruo. Aunque permanezca en silencio en la sombra, no me engaña. En su momento rugió hasta casi vaciarme de lágrimas, y me consta que en un futuro (espero que lejano) volverá, pero de nuevo buscaré coraje para enfrentarme a sus malas artes.

No pretendo que sea éste un Post triste, sino real. Sabéis que me encanta la fantasía, pero no se debe ignorar por ello la realidad de la vida, ni tampoco hemos de olvidar que no conviene vivir sin esperanza.

¡Cuántas veces se da algo por perdido y se acaba superando!, ¡cuántas luchas sin posibilidades acaban siendo un triunfo!.

Ya sabéis, mientras hay vida hay esperanza.
Escribo esto especialmente para mi queridísima amiga Eva. Ella está mirando al monstruo en estos días. ¡Cuánto te entiendo!. Tan sólo puedo decirte que aunque parece que el cielo se te derrumba encima, sé que resistirás porque has demostrado antes que eres fuerte y muy valiente. No dejes de apoyarte en el colchón del cariño que te rodea, como hice yo misma, porque es la mejor alternativa.

Dejarnos mimar por quienes nos quieren son nuestros puñetazos al monstruo. Las lágrimas que nos ayudan a desahogarnos, son como ácido para su piel. Nuestros momentos de desconexión de la lucha, no es por egoísmo, es para recuperar fuerzas y seguir batallando. Hablarnos de forma positiva no es ser superficial, es empeñarse en sacar ánimo para no rendirnos.

Sobrevivir al dolor es el clic que te transforma.

Cada experiencia es distinta, hay golpes más duros que otros, más insalvables, pero partiendo de la base que salvo que tires la toalla, no queda otra que seguir adelante, entiendes que la lucha es un proceso largo y complicado; el camino que debe andarse a pesar de todo.

Te rebelas, lloras, te encierras en tu cascarón, niegas -como si evitar mirar lo que pasa, pudiera borrarlo-, pero vas evolucionando, adaptándote y aceptando; resistiendo diría yo.

Tu nueva «yo» aceptará que si se precisa llorar, se llora. Que hay que agradecer respirar y vivir. Ser feliz por el mero hecho de estar bien, tú y los tuyos. Es más, aprenderás que incluso habiendo dolor, se puede convivir con él porque hasta en las batallas más duras hay supervivientes.

Tu nueva «yo» relativizará las nimiedades que antes parecían importantes y no lo eran tanto.

Tu nueva «yo» entenderá que aunque acabes aceptando lo ocurrido, no significa que se olvide, es una nueva pieza que forma parte de tu ser, sólo que con un nombre diferente según de qué se trate: quizás sea añoranza, aprendizaje, adaptación…

Tu nueva «yo» sabrá que a la montaña rusa de la vida, siempre llegarán nuevos sobresaltos, y con ellos el inevitable proceso se repetirá, pero que debido a ese conocimiento se agradecerán más los días buenos, los momentos felices, y las oportunidades que se presenten para sonreír.

Seamos comprensivos con nosotros mismos, para permitir desahogarnos y darnos el tiempo necesario, porque de eso va ser humano.

En la vida, serán muchos los nubarrones que nos tapen el azul del cielo, pero aquí abajo seguiremos teniendo cosas hermosas a las que agarrarnos cuando no haya un sol brillando. Busquemos en nuestro interior nuestra propia fórmula de resistencia, para convencernos de que en algún momento regresará la luz.

No olvidemos nunca que «la llave de nuestra fortaleza está en nuestras manos» y es casi tan importante como la de la puerta que encierra al monstruo en su sótano.

Fotografías. Imagen 1 Free-Photos – Imagen 2 Yezro – Imagen 3 y 4 Enrique Lopez Garre – Imagen 5 Fda 54 – Imagen 6 Free Photos – Imagen 7 Dell-fin – Imagen 8 adamtepl.

¡Hasta el próximo Post!

Elena Tur

12 comentarios en «Mirando al monstruo a los ojos»

  1. Un post duro pero muy real y con mucho sentido. Yo también he vivido cosas terribles y para mi sorpresa pude superarlas. Gracias por tus reflexiones.

  2. Un gracias se me queda corto. Maravillosas palabras que me emocionan terriblemente y a la vez me reconfortan. Sé que me entiendes perfectamente y soy consciente de que tengo mucha suerte de tener personas que me arropan. Una horrible pesadilla que parece que no tiene fin pero buscaré la esperanza que me falta.

    1. Mi pececita, querida Eva, mucha fuerza y nuestro cariño que es inmenso. Confiemos que todo irá bien y ya sabes que estamos detrás apoyándote siempre.❤️❤️❤️❤️

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