Lujos

Si alguien afirma que le gusta vivir a todo lujo quizás parezca superficial, pero, ¿acaso vosotr@s no queréis lujos?.

En mi Casa Encantada he organizado una convención sobre el lujo.

Somos muchas las reunidas. Estamos en pleno debate, charlando, mientras tomamos una bebida burbujeante que está provocando bastantes risas flojas; aunque algunas de las que se proclaman en contra de los lujos, prefieren el agua, sin más.

Pero, ¿qué es el lujo?

Una dice que para ella «lo más» es disfrutar del silencio porque su pareja no para de hablar, pero alguien le responde que odia vivir sola y lo más preciado que podría tener es alguien querido con quien compartir su vida. Otra argumenta que el mayor placer son los baños de espuma y que si alguna vez puede, quitará el plato de ducha para instalar una gran bañera, pero una voz se queja de que en su casa no hay agua corriente y que debe ser maravilloso ducharse dejando resbalar el agua por la piel durante varios minutos. Una señora muy elegante admite tener todo lo que puede desear, pero su hijo no quiere darle nietos y eso la entristece. La que está a su lado, replica indignada que jamás pudo ser madre y no vivió la experiencia que al menos ella si pudo disfrutar.

¡LUJOS!. El lujo simboliza algo costoso, que no está al alcance de todo el mundo, incluso te da un status, pero esa es la cara superficial, porque hay un lujo en la sencillez que, al descubrirlo, te hace sentir afortunado.

Para mí el lujo es aquello que te hace sentir especial.
Amo el lujo de una noche oscura adornada con luces de guirnaldas y velas. Algo fácil de conseguir y que crea un ambiente mágico. ¿Lo habéis probado?.

Amo el lujo de tener flores en mi vida, en macetas, jarrones, manteles o una simple libreta. Dá igual donde, pero que luzcan su belleza y me contagien alegría.

Amo el lujo de tener un vestido simple, cómodo, pero con una tela maravillosa para ponerme en la fiesta de la vida, es decir, no para lucirlo en ningún evento, si no para que al ponérmelo me sienta reina de mi territorio. Con la suavidad de su tela que me roza la piel al moverme, me transporta a un palacio en lugar del piso en el que vivo. ¿Quién dijo que nos vestimos para los demás?

Amo el lujo de perderme en los libros, porque te da un poder que ninguna serie o película puede darte: el de imaginar por ti misma lo que te están contando. Cada lector recrea la historia a través de sus ojos, y eso le da una magia que es casi insuperable.

Amo el lujo de percibir un aroma maravilloso que lo impregne todo. El de la dama de noche o el jazmín, que embriagan en terrazas o jardines, o cuando se visten de velas aromáticas para que su perfume inunde la casa. Oler a gloria te hace sentir en las nubes. Y si lo que ves no acompaña cierra de vez en cuando los ojos, tan solo unos minutos, e inspira.

Y amo el lujo de darle vueltas a la vida, como si fuera un bombo lleno de ideas para ir sacándolas una a una. Ellas me dan los argumentos para contaros algo nuevo…

La convención está terminando. Casi no queda champagne y ya todas ríen, ¡hasta las que sólo querían agua se han contagiado del resto!. Finalmente ha habido unanimidad. Afirmamos con rotundidad que el lujo no se refiere únicamente a objetos carísimos o estilos de vida ligados a fortunas, si no que radica en saber premiarse con aquello que te hace sentir radiante, diferente, única…

Y más importante aún.

El lujo está presente incluso en la vida de las personas sencillas, las que saben valorar lo que tienen, porque recuerdan a menudo que, a lo que a veces no damos demasiada importancia, puede ser el lujo que otro desea o un tesoro si se pierde.

Fotografías. Imagen 1 Andreas N – Imagen 2 Peter H – Imagen 3 Anastasia Gepp – Imagen 4 Gelly – Imagen 5 Vijay Hu – Imagen 6 April Rodmyre – Imagen 7 Karolina Grabowska – Imagen 8 Free Photos – Todo a través de Pixabay.

¡Hasta el próximo Post!

Elena Tur

8 comentarios en «Lujos»

  1. Lujo es para mi estar cumpliendo años hoy 4 de octubre y a mis 53 años estoy sana, tengo el trabajo que amo y soy feliz y agradecida de todo lo lindo que he vivido

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