Lo que pudo haber sido y no fue; o sí.

Imaginemos que encontramos un camino en la naturaleza. Sabemos cómo empieza pero en ningún caso como acabará, ni tampoco lo que encontraremos en él.

Habrá zonas llanas y despejadas; otras con escarpadas pendientes o tan frondosas que no permitirán otear el horizonte. Una buena metáfora de la vida, porque nadie sabe lo que nos espera más adelante, sólo lo que dejamos atrás.

Si volviera a la época de tomar decisiones, cambiaría muchas de las que tomé… pero eso ya no importa, porque cualquier elección que hiciera en su momento; cualquier circunstancia por negativa que fuera, me han convertido en quien soy. Mi transformación es la suma de cada suceso, pequeño o grande, y cada experiencia, buena o mala.

Aún así puede ser «normal» que nos lleguen los sentimientos de pérdida, por aquello que no hicimos, no dijimos, no vivimos… pero es un gran error darle tantas vueltas a lo que ya no puede cambiarse. A «lo que pudo haber sido y no fue», porque de alguna forma, si nos empeñamos en ello, puede acabar siendo…

Recuerdo que en mi adolescencia soñaba con ser detective (seguramente por mis influencias novelescas). También aspiraba a ser psicóloga. E incluso diseñadora de moda o periodista… pero la rueda gira y acabé eligiendo otro camino. Ni mejor ni peor, sólo diferente, imagino que porque no tenía del todo claras las ideas.

Me divierte recordar esos sueños porque con el transcurrir del tiempo los sigo sintiendo «vivos» en mí…

Mis instintos detectivescos han hecho que siempre me haga preguntas, que indague y rebusque. En mi «investigación» he descubierto muchas cosas de mí misma. Me he percatado de que tengo cierto sexto sentido, y que disfruto haciendo fotografías, aunque no de amantes furtivos camuflada en un coche.

El interés por la psicología se mantiene en mí. Busco mil lecturas relacionadas con el tema y que profundizan en el comportamiento del ser humano. Mis inspiraciones artísticas de antaño me llevan a una búsqueda constante de la belleza. Me encanta sentir que «creo» algo especial a mi alrededor, no importa el medio: una lámina en blanco para atreverme con las acuarelas, convertir mi terraza en un rincón mágico, escribir relatos en un blog para llegar a personas afines a mis gustos… y es que, el arte tiene muchas caras.

La moraleja de todo esto es que esos «oficios» que perdí, no están perdidos porque siguen en mí. Quizás no me dedico a ello profesionalmente pero puedo llevar parte de esos intereses «perdidos» a mi vida, adaptándolos a ella. Y es que nadie nos impide aprender, buscar, leer, e incluso formarnos en algo que nos apasione.

Los seres humanos somos complejos y cada detalle que nos enriquece merece la pena que lo explotemos.

Sobretodo no olvidemos nunca que la vida no es un camino cerrado y siempre hay bifurcaciones, rotondas, cambios de sentido…, así que aquello que nos queda pendiente se puede retomar.

No importa la edad, importa el empeño que pongamos en realizar el sueño aplazado, porque si nos damos permiso, reaparecen las ilusiones más básicas.
Sigamos ese camino impredecible, disfrutando de cada momento y atreviéndonos a hacer que lo que no fue, SEA.

Fotografías: todas de Pixabay, excepto las circulares, que son de mi archivo personal. Nota: no he podido poner los nombres de los autores por un problema con la página.

¡Hasta el próximo Post!

PIDO DISCULPAS POR LOS PROBLEMAS TÉCNICOS QUE HE TENIDO ESTOS DÍAS EN EL BLOG Y QUE ELIMINARON ESTA ENTRADA. Los suscriptores que intentaron leerla no llegaron a encontrar el enlace y he tenido que reescribirla. Lamento las molestias.

Elena Tur

6 comentarios en «Lo que pudo haber sido y no fue; o sí.»

  1. Dedicarse profesionalmente a algo sólo es una manera de ganarse la vida. Hacer por placer es la manera auténtica del ser. Precioso Elena, sigue siendo.

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