La voz del silencio

Si dejas que el silencio hable, puede que comiences a escucharte.

Todo un ejercicio de voluntad, porque resulta sencillo camuflarse en el ruido ajeno, perdidos entre obligaciones, deseos de otros a los que intentamos complacer, o maratones de series o televisión, que nos meten en pieles que nada tienen que ver con la nuestra.

Dejar que el silencio se imponga puede resultar duro, porque si somos sinceros nos mostrará cosas que preferimos no ver.

Ahí, en la nada, sólo «siendo» quienes somos, sin distracciones de fondo, nuestra voz callada puede empezar a contarnos secretos, opinar sobre temas dolorosos, animarnos a tomar decisiones difíciles, pero también puede que nos haga evocar sueños infantiles o aspiraciones dormidas…

La búsqueda del encuentro con uno mismo, dejando aparcados los miedos, puede ser la fuente que haga brotar el cambio necesario para crear la vida que deseamos.

Desear. Ese verbo denostado como si fuera pecaminoso, más relacionado con lo superficial, aunque no tiene porqué. Los deseos, son un mix de esperanzas y sueños, que nos remueven por dentro. DESEAR un mundo de colores, una vida bonita, algo extravagante que nos haga sentir más alegres, desear cumplir pequeñas o grandes locuras, tener aspiraciones personales, siempre es positivo.

Este Post es una reivindicación en toda regla, para decirme y deciros que saber cuidar no es descuidarse. Que para amar bien al prójimo también hay que darse amor a uno mismo. Que para brillar has de pulir tus ilusiones deslucidas. Que obsequiarnos con momentos especiales es respetarnos.

Para reactivar el olvidado yo interior, abrámonos al silencio auténtico, ese al que no le podemos contar mentiras porque lo sabe todo.

Todos tenemos dentro más de lo que sacamos a flote, quizás porque lo de poner buena cara al mal tiempo es muy loado, pero es importante diferenciar entre ser resiliente y esconderse bajo una máscara tras la que guardamos heridas sin cicatrizar.

Reconozcámoslo, sobretodo las mujeres pensamos muchas más veces en los otros que en nosotras mismas. Parece cosa del ADN pero también es cultural y cuesta mucho cambiar nuestra mentalidad del auto olvido.

Por eso es tan importante aprender a sentirnos las protagonistas de nuestra vida, no actrices secundarias.

Luchar por ser felices no tiene que ver con el egoísmo, si no con aprovechar el tiempo que tenemos.

¡Regalémonos dedicación!

Fotografias. Imagen 1 Abigail2 resident – Imagen 2 Engin Akyurt – Imagen 3 Free Photos – Imagen 4 Diego Villacob – Imagen 5 dmytro R. – Imagen 6 design. Meliora – a través de Pixabay.

¡Hasta el próximo Post!

Elena Tur

12 comentarios en «La voz del silencio»

    1. No hace falta mucho, ni siempre. Hace falta escucharse y al principio es cierto que has de aprender a hacerlo. El silencio significa no estar pendiente del resto del mundo durante un rato…

  1. Para mi, mi silencio, mi yo interior es mi peor enemigo, espero algún día reconciliarme y ser, si no mi mejor amiga, al al menos amiga.

    1. En ese silencio has de hablarte como lo harías a tu mejor amiga. Quiérete mucho, mucho y al pasado malo ¡que le den!, con todas las letras. Ánimo ❤️

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