Seguramente eres fan de muchas series o apasionada de buenas lecturas. Cuando estás enganchada, te cuesta esperar al siguiente capítulo y robas tiempo a otras tareas para ver o leer, un poco más…; a veces, encontrarás continuidad en la argumentación, otras te sorprenderán los giros que dan un vuelco a la trama, la aparición de nuevos personajes, e incluso puede que te decepcione que lo que esperabas, se quede en suspenso o directamente no ocurra. Y es que el trabajo de los buenos guionistas es interesar y sorprender, para que su ficción se convierta en un éxito.
Algo así pasa con la vida.
Vivimos frecuentemente con el piloto automático puesto, sin darnos apenas cuenta, de que protagonizamos una historia: la nuestra, de la que no somos meros figurantes, sino quienes deciden cómo seguir o cuándo dar un giro, si buscamos que el argumento tenga un buen desenlace.
No sé cuantas temporadas o entregas tendremos por delante -confiemos que muchas-, pero tomemos conciencia de lo que vivimos, tomando acción en nuestro guion. Aunque nos rodeen cosas positivas, más allá de las apariencias, indaguemos con absoluta sinceridad sobre nuestro sentir.

¿Hacia dónde me dirijo? ¿Qué cambiaría? ¿Cuál es la primera ilusión de mi whishlist?
¡Hay tantas preguntas que deberíamos hacernos!; cuestiones clave que nos obliguen a observarnos mejor y respondemos con total sinceridad. Si nuestros capítulos tuvieran la duración de una semana, o un mes, o un día (por qué no), ¿qué hechos deberían ocurrir, para saber que la trama va por donde queremos? No me refiero a loterías que nos caigan del cielo, sino a encaminar expresamente nuestra dirección hacia algún logro concreto.
Os conté la semana pasada como camuflamos nuestras excusas o descontento, con el comodín del «pero», y flaco favor nos hacemos. Entonces, ¿por qué no pasamos al siguiente nivel, dejando de escudarnos en algo ajeno, para ir a por lo que en verdad queremos, en lugar de hacer sólo lo que se espera de nosotr@s?



Hagamos gestos, por pequeños que sean, que provoquen movimiento en nuestro día a día. Gestos como cambiar nuestra forma de cuidarnos o querernos. Elegir mejor los lugares a los que vamos o a lo que le prestamos nuestra atención. La gente con la que pasamos más tiempo (al menos el voluntario), procuremos que sea la que nos aporte alegría en lugar de nubarrones. Si queremos adelgazar o engordar, comamos diferente, o hagamos ejercicio. Si nos gustaría aprender a hacer algo nuevo, busquemos dónde o cómo aprenderlo. Si estamos demasiado tristes o nerviosos, hagamos terapia. Si nuestro estrés es ligero, pero empieza a darnos toques de atención, aligeremos presión con un masaje o respirando aceites relajantes…
¿Cómo seguirá el guion de tu vida?



No olvides que siempre merece la pena intentar mejorar las cosas.
Os cuento cosas del capítulo que estoy viviendo actualmente. Una editorial valenciana está preparando la edición de mi primer libro: un poemario. Es ilusionante que hayan confiado en mí, y pueda saltar del mundo digital al papel. Un gran aliciente para seguir trabajando con más ganas que nunca, descubriendo nuevas facetas mías, tanto como persona como escritora.
Con suerte, en mi próximo episodio, estará lista la preciosa portada que está preparando la ilustradora de la editorial, y podré mostrárosla, desvelando el título y su temática.
Y ahora, tu turno: no postergues tu gran papel de guionista de tu vida.



Fotografías: Imagen 1 ilustración mujer gafas de sol Chakkree Chantakad – Imagen 2 mujer desintegrándose Jona Bartholdy – Imagen 3 chica juego de manos Adina Voicu – Imagen 4 ilustración chica MD Khirul Islam – Imagen 5 claqueta Mohamed Hassan – a través de Pixabay.
¡Hasta el próximo Post!
Jo, qué ganas inspiras de cambiar las cosas. Muy chulo el post 😉
Gracias ❤️
Tus palabras siempre son alentadoras y muy motivadoras. Gracias!!! ⚘ Marilina
❤️
Enhorabuena Elena. Qué buenas noticias!!
Gracias, sí, una alegría. ❤️
Que bien lo del libro 🙂 ! Y sobre mi guión tengo que retocarlo bastante pero estoy en ello.
Gracias. ❤️ Todas tenemos cosas que cambiar, yo la primera, pero hay que ponerse a ello…