¿A qué sabe tu felicidad?, le había preguntado aquella enigmática mujer, de aspecto extraño y colorido, a medio camino entre bruja y hada, y no tuvo ni idea de qué responder.
Con demasiada frecuencia le ocurrían cosas que consideraba negativas -llamáranse sobresaltos, gastos imprevistos o decepciones de toda índole, consigo misma o con los demás-, así que no alcanzaba a ver ningún atisbo de felicidad a su alrededor. Quienes la querían le achacaban a su actitud derrotista su mayor traba, pero no estaba en absoluto de acuerdo.
Para romper con lo que consideraba una larga mala racha, había aceptado la insistente invitación de una buena amiga para hacer una escapada a un pueblo cercano, que justo esa semana celebraba sus fiestas. Las calles engalanadas indicaban el camino a la plaza mayor, en la que había teatrillos, música, marionetas, atracciones de feria y mucho ambiente.

En su entretenido recorrido, mientras iban de sitio en sitio, se toparon con un bungalow convertido en improvisado espacio para adivinación del futuro, según señalaban unas luces de neón colgadas encima de su pequeña puerta. Animadas por lo que seguro acabarían siendo unas buenas risas, traspasaron su umbral dispuestas a fantasear con buenos augurios de salud, dinero y amor.
El ambiente era oscuro y tenues luces de pequeñas lamparas y alguna vela, lanzaban destellos en la bola de cristal que presidía la mesa, frente a la que se encontraba sentada una llamativa mujer con un pañuelo anudado en la cabeza. Parecía estar absorta en la lectura de un viejo libro, pero enseguida les dirigió una mirada inteligente, que chispeaba casi tanto como la mágica bola.






Afuera el griterío de los transeúntes y la música de las atracciones sonaba como un eco lejano, haciéndolas sentir tan cerca y tan lejos a la vez de lo mundano. Fue justo entonces cuando le hizo aquella extraña pregunta, en un tono más alto de lo necesario, como si dudara de su capacidad de entender sus palabras:
– ¿A qué sabe tu felicidad?
Se encogió de hombros y miró a su amiga como si ella pudiera ayudarle en su respuesta.
– Que yo sepa la felicidad no tiene sabor, y además, ¿qué tipo de vaticinio es este? Necesitas que te dé pistas para intuir lo que necesito escuchar.
La mujer cabeceó paciente, como sobrada en su convencimiento de que la presunción muchas veces va de la mano de la ignorancia.
– Muchacha, puedo decirte que no hay futuro que adivinar si en el presente solo buscas caos y dolor. – Con un dedo acusador pero sin perder la sonrisa continuó con su discurso.
>>Si vives con una mirada oscura, oscuro será lo que crearás a tu alrededor, pero has sido afortunada por llegar a mí, cuando aún tienes tiempo por delante para entender que todo pasa por algo, incluso la magia. El destino te ha traído aquí para conocerme y dejar que te explique que en la vida todo lo malo que ocurre es real, pero no es lo único. Lo negativo siempre convive con lo positivo, como aprendizaje o como acompañamiento. Vivimos para elegir, para crear alternativas, para aceptar lo incontrolable y a la vez, transformar lo que está en nuestra mano. Con cada pequeña elección algo pasa, con cada sí y con cada no, algo cambia.



Anonada por la perorata, algo socarrona tiró con bala al preguntarle:
-¿Todo eso lo ve en la bola? Esto me parece una tomadura de pelo. Un discurso que dirá a todo el que se pase por aquí, sin mojarse demasiado con algo más concreto
-Tómatelo como quieras, pero lo cierto es que es muy real. Es la verdad que se refleja en tu rostro, con demasiada tensión y rigidez. Lo que deseas no te caerá del cielo sin más. La vida es creación, y yo te abro la ventana a tus verdaderas posibilidades. Hay dos cosas de las que necesitamos hacernos conscientes: primero que lo que no está en nuestras manos no se puede controlar, ¡hay que aceptarlo! pero, segundo y casi tan importante como lo primero, que, todo lo demás, lo que nos afecta directamente, en primera persona, tenemos el poder de cambiarlo con nuestras decisiones. Y ahora, con todo lo que te he explicado, vuelvo a preguntarte ¿a qué sabe tu felicidad?



-Sabe a los ricos platos que prepara mi madre porque en ellos hay mucho amor, a los abrazos de mi padre, a mis sueños de viajar por el mundo, a tener algún día un perro, a vivir muchas experiencias con buenas amigas, a encontrar un amor auténtico, a sentirme bien conmigo misma tal y como soy, con defectos y virtudes. A no escuchar a quien quiera herirme ni tampoco a mi mente cuando me traiciona como si fuera mi enemiga. Para mi, la felicidad es vivir tranquila con lo que necesito y me da alegría, sentirme bien en mi piel en cualquier circunstancia.
-Es sencillo entonces. En lo que has respondido hay cosas de los otros y otras que solo te corresponden a ti. Deja de centrarte en lo que te falta o lo que te falla, porque la perfección no existe y, si lo hace en algún momento, es solo temporal. Y trabaja cada día para cuidar lo que tienes y algún día puedes perder, (como las personas queridas) y da pequeños o grandes pasos para convertirte en quien quieres ser, porque solo así puede que algún día consigas saborear la felicidad que buscas.
Recuerda que obramos magia cuando nos damos cuenta del poder que tenemos sobre nosotr@s mism@s y actuamos en consecuencia.
En el platillo que había en la mesa, junto al que un pequeño cartel rezaba “la voluntad”, dejaron un par de monedas y tras despedirse, marcharon pensativas para seguir disfrutando de la jornada.



Visitar aquella adivina había sido toda una experiencia, y más allá de su extravagancia se llevaban consigo acertados consejos para añadir a los recuerdos de aquel día tan especial.
Fotografías. Imagen 1 joven tras cortina de cuentas Amy – Imagen 2 pueblo en fiestas Manfredo – Imagen 3 adivina luxstorm – Imagen 4 bola de cristal Günter – Imagen 5 mujer entre globos Pexels – Imagen 6 manos con brillos Pexels – Imagen 7 amigas Bhakti Kulmala – a través de Pixabay.
¡Hasta el próximo Post!
Y así es en las cosas más sencillas encontramos la felicidad… Gracias por este bonito relato !! 😉 ♥️
A mi también me hace feliz que te guste. ❤️
Que descripción más acertada de la FELICIDAD , la comparto al 100%.
Me alegro. Gracias ❤️