
Todo lo que eres

“Quizá si sales de la caja de creencias y límites en la que te refugias, descubras sorpresas sobre ti”.
La mujer despertó de ese extraño sueño, entre pájaros a los que parecía acompañar en sus vuelos y, acogedoras nubes que la mecían como si estuviera en una cama hecha de suaves plumas, mientras aquella voz, de género incierto pero tono convincente, le instaba a abrir los ojos; y no porque la noche ya hubiera dado paso al día, sino porque merecía lanzarse a una vida más atrevida.
Se levantó curiosamente animada, como si fuera más fácil de lo que pensaba, recordándose que, cualquier sueño o pesadilla era fruto del subconsciente que, cual “Pepito grillo”, enfrentaba a la gente a sus inquietudes o deseos, aunque fuera en modo surrealista y confuso.

El cambio siempre empieza en uno mismo.
El interruptor seguía allí, esperando a que le diera al encendido de su ansia de vida y con ello, desactivar la parsimonia tras la que justificaba su inacción.
Pero se preguntaba cómo hacerlo, cuando la vida te perdía la maleta de los sueños en mitad de tempestades hechas de obligaciones e imprevistos.

Desde esa posición en la vida real, con los ojos bien abiertos, en el día a día repleto de ataduras, podía intuir la presencia de otro tipo de pájaros, como un símbolo de esa libertad inalcanzable.
Pero todo ello, aun siendo cierto no dejaba de ser otra creencia más, otro mensaje de su mente enrevesada que se esforzaba en mostrarle los límites que ella solita se construía, cuando le daba más fuerza al mensaje opresor que a su verdadera esencia.
Lo que tú eres no es lo que haces o lo que piensas, porque ambas cosas están limitadas por las circunstancias del momento. Eres un mundo en construcción, en el que puedes inventar ventanas si se bloquean las puertas. Porque cuando te entregas al auto conocimiento y exploras posibilidades más allá de los límites físicos, creces como ser humano para sacar lo mejor de ti.

“¿Qué me ocurre?”, se preguntó a si misma tras escuchar esa tentadora disertación, no en una voz del mundo onírico sino en la suya propia.
¿Cómo era que ahora entendía que las limitaciones momentáneas y complejas de la existencia, no lo eran todo? Quizá había puesto siempre demasiado énfasis en excusas para no moverse ni un grado de la dirección elegida y resguardarse de lo incierto (algo por otro lado imposible), viviendo repetidamente la misma vida aunque en días distintos…
Nada le impedía aprender, proyectar, rascar minutos y horas, inventar, perseguir, soñar y, sobre todo, creerse infinita aunque estuviera dentro de un cuerpo finito.
Ella sería lo que quisiera ser y no porque por arte de magia fuera a conseguir cualquier cosa que se propusiera, sino porque permitirse ser como sentía que era en realidad (puede que fuera la voz del alma la que le había estado susurrando), la haría tan libre, fuerte y poderosa como se había sentido en el sueño.

Recuerda que eres un trabajo en proceso…
¡Suelta amarras!
Fotografías. Imagen 1 mujer en las nubes Enrique Meseguer – Imagen 2 mujer en la ventana StockSnap – Imagen 3 mujer en el mar sobre maleta Christine Engelhardt – Imagen 4 mujer junto al mar ThedigitalTeacup – Imagen 5 mujer figura corazón con las manos Jackson David – todo a través de Pixabay.
¡Hasta el próximo Post!
Q grandes palabras Elena
“Eres un Mundo en construcción “
Qué bien que te haya gustado! Sí, así lo creo! Besos.
Que difícil parece a veces soltar las amarras y empezar de nuevo…como siempre buenos consejos mediante las palabras acertadas. Gracias ⚘
Cuesta mucho soltarlas pero es el primer paso para llegar a nuevos puertos…
es la realidad de muchas personas, el creer no ser capaz.besos
Y si se intenta, qué se pierde? Bss