Levanta el telón de la vida que no crees tener

Me gustan los símbolos, por todo lo que esconden tras ellos.

La “obra” de cualquier persona, su vida, puede dar un giro en cuanto el protagonista de la misma, también director al fin y al cabo, toma conciencia de las cosas que están en su mano.

Todo lo ajeno es imposible cambiarlo, lo que hacen los otros, los sucesos imprevistos, pero hay mil pequeñas decisiones que tomar que ayudarán a transformar en alguna medida la historia.

Habitualmente solemos fijarnos solo en el contenido de nuestra vida (los problemas o las excesivas obligaciones) olvidando el continente al que pertenecen: la vida en global, todo lo que en verdad somos, porque solapado tras la cortina del deber, permanece un yo tan extenso que es un territorio ignoto que descubrir.

¿Qué veis, los pájaros o el cielo? La vida es todo, continente y contenido. Nos enfrentamos a problemas pero no hay que olvidar todo lo que somos, todo lo que vemos, todo lo que sabemos y lo que desconocemos, así que abramos bien los ojos.

Somos el resultado de las historias pasadas, no solo las nuestras, sino las de nuestros ancestros que nos transmitieron de alguna forma su legado, cargándonos con sus propias convicciones, miedos, creencias o esperanzas. Por eso no hay nadie igual a otro, millones de factores entran en la ecuación para crear seres distintos. Y a ello se le añade, que cada ser tiene la facultad de reaccionar ante ello, y con sus decisiones, mantiene o cambia sus circunstancias.

No os miento cuando os cuento que estoy desbordada por mi realidad, cansada -por qué no admitirlo- de una vida demasiado sacrificada, pero aunque sería fácil dejarme arrastrar como una rama en aguas bravas, me centro en convertir esa lucha contra corriente en navegación.

Resistirme a la fuerza de unas circunstancias imposibles de cambiar -porque comprendo que no dependen de mí- es la peor opción, por eso elijo otras, como ser capaz de pedir ayuda, cuidarme lo mejor que puedo, regalarme mimos en la forma que a mí me hacen feliz, como comprarme unas flores naturales o un nuevo libro. Madrugar un poco más de lo normal (que ya es mucho) para tener tiempo a solas, sin ruidos externos de los otros, a solas con mi silencio siempre tan sabio.

Esas pequeñas decisiones amplían la perspectiva y dan luz a ese continente que es el todo, la vida misma, porque si te centras permanentemente en lo malo, ese contenido complicado y doloroso, no vas a ser capaz de disfrutar lo que sí hay bueno.

A pesar del dolor, la pena o las preocupaciones, somos pequeños en una vida grande.

Hay que ser consciente de que todo pasa. Cuesta pero acaba pasando. Las emociones evolucionan y se transforman, y unas lágrimas de hoy serán un aprendizaje del mañana, que nos enseñará a valorar más lo importante.

En mi caso siempre acude en mi rescate la niña interior que fui, agradecida porque yo también me preocupo en mantenerla a salvo. Le regalo esos detalles que la hacían feliz: lecturas, mirar bellas ilustraciones, hacer collage, colorear mandalas (esos son sus juegos), y aunque no hay demasiado tiempo para jugar, lo poco es mucho, y ella me lo agradece evitando que caiga en el vacío del adulto sin perspectiva, que solo piensa en solucionar problemas pero no en disfrutar de seguir respirando.

Así que os invito a soñar con alzar ese pesado pero maravilloso telón carmesí de vuestro teatro imaginario (los años que habéis acumulado hasta hoy), porque tras él permanecen a la espera todo tipo de maravillas, consecuencia de todas aquellas acciones, pequeñas y grandes, que podáis dar para ser más felices.

Seamos conscientes de que, aun con sus miserias y grandezas, la vida es mágica, y que una mirada acertada ante ese todo, nos pondrá algún tipo de varita en nuestra mano para ir cambiando las cosas.

Se trata de que lo hagamos cada vez un poco mejor, no por perfecto, sino por sentirnos un poco más felices y acordes con nuestros valores.

Fotografías. Imagen 1 mujer junto cortina Mitrey – Imagen 2 gaviotas Bertvthul – Imagen 3 mujer en kayak Pexels – Imagen 4 niña en un prado Jill Wellington – Imagen escenario nachtrichten_mug – imagen 5 mujer varita Andreaspiegelhalter – imagen 6 danza Romanen – todo a través de Pixabay.

HASTA EL PRÓXIMO POST!!: Levanta el telón de la vida que no crees tener

Elena Tur

11 comentarios en «Levanta el telón de la vida que no crees tener»

  1. Cuanto tiempo Elena…pero siempre presente en mis pensamientos.
    Sido disfrutando de leerte y cómo no, te envío mi apoyo, empatía, con esas pruebas que nos pone la vida delante, en nuestro día a día.

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