La pesadilla que la liberó

¿Cuánto tiempo hacía que había caído en aquel pozo? ¿Un minuto o una eternidad? En la historia de Alicia en el país de las maravillas, cualquier cosa era posible, y acaso en la realidad, ¿no?

Miró a su alrededor para tocar con tiento las paredes, tan frías como su alma en aquel instante, tan húmedas como un día de tormenta en el que los nubarrones roban el protagonismo al sol, llenando el cielo de oscuridad y agua en suspensión, que cae como un torrente sobre los viandantes.

Se palpó la cabeza, con la intención de descubrir alguna herida que atestiguara su mala fortuna, pero a pesar del malestar generalizado, no encontró nada roto. Afortunadamente podía moverse e incluso podía ver ligeramente gracias a los rayos de luz que atravesaban el agujero que allá arriba, parecía burlarse de ella: demasiado alto para poder escapar. Tras un buen rato pidiendo auxilio hasta desgañitarse, agotada, decidió callar y pensar. Se sentó en ese suelo áspero y fangoso, haciendo caso omiso de remilgos y decidiendo liberar a sus pensamientos, porque era consciente de su sabiduría cuando se paraba a escucharlos.

«Hola mente, me siento desesperada, aquí sumida en esta oscuridad, tan sola, y sin escapatoria. ¿Este era mi destino?»-. Respiró despacio, en silencio, esperando respuesta para la pregunta que su alma asustada acababa de formular a la razón.

«Hola alma, déjame contarte que estás en un sueño, pero el sueño es real, porque soñar también forma parte de la vida. Es un lenguaje propio, para conectar tus inquietudes y necesidades. Tu esencia duerme en ti cuando estás despierta, pero aparece cuando descansas, para liberar sus preocupaciones. Y es muy creativa además, por si no te habías dado cuenta; alma, puedes salir de este pozo porque es solo una representación de las emociones en las que andas perdida. Respira tranquila, concéntrate en ese haz de luz que ves allá arriba, abre los ojos a la mañana, y empieza a afrontar este miedo que te angustia, porque eres muy capaz de ello.»

La chica sorprendida pero satisfecha con la respuesta, respiró, se concentró en la luz y su mirada despertó a la realidad, en la que no había pozo alguno pero sí problemas que habían sido representados con aquella pesadilla. Se dio cuenta que estaba negándose a aceptar su ansiedad y ese proceso la hacía caer en un pozo que la aislaba y la hacía sentir atemorizada. Pero la salida estaba allí: sí, quizá un poco alta, dificultosa, pero era posible llegar cogiendo la escalera apropiada, en forma de terapia o medicación, pero había que subirla, peldaño a peldaño, para liberarse de ella.

Ella, como Alicia, vivió su propia odisea, cruzando territorios y viviendo experiencias de todos los colores, hasta poder regresar a su casa, que no era el piso en el que vivía propiamente dicho. Su casa, era su esencia clara, sin aristas oscuras, ni miedo a caerse en pozos solitarios.

Tiempo después, se encontró en un campo repleto de flores. Era tan hermoso que apenas sabía a dónde mirar, porque el paisaje cambiante a su alrededor reclamaba su atención y despertaba admiración con su belleza. Paseaba feliz cuando allá en el suelo vio ese agujero del pozo oculto, semi escondido entre infinidad de margaritas. Era un aviso de que la oscuridad siempre permanece, y puede hacerte presa ante las dificultades de la vida, pero al igual que ella (que había estado atrapada en su interior pero logró recuperar su serenidad y alegría), podía hacerlo cualquiera en sus mismas circunstancias.

Porque la vida es todo. Porque todo pasa. Porque vivir merece la pena.

Fotografías. Imagen 1 rostro mujer Stefan Keller – Imagen 2 e imagen 4 chica horizonte Free-Photos – Imagen 3 chica en el espejo Jerzy Górecky – Imagen 5 chica entre amapolas enriquelopezgarre – Imagen 6 margaritas cp17 – todo a través de Pixabay.

Esta historia la publico en la categoría de Fantasía con verdad, porque veo a mi alrededor mucha ansiedad y tristeza, incluso yo también la sufro, porque por muy positiv@s que seamos, las vicisitudes de la vida nos hacen pasar etapas difíciles en las que es fácil sentir como si se estuviera en un pozo del que cuesta salir. Perdemos a seres queridos, vivimos la enfermedad de cerca, hay problemas económicos… ¡cada persona es un mundo!, pero pienso que siempre hay puntos a los que asirse y que marcan la diferencia para regresar a la luz: gente querida que te ayuda, asistencia médica si se precisa, y la firme decisión de abrirse a las ganas de vivir y superarse, porque de eso se trata al final.

Y tras esta profunda reflexión, os cuento cosas bonitas que me están pasando, como que mi libro de poesía ya está impreso y disponible, tanto pidiéndolo a través de la web como encargándolo en librerías.

Y que mi blog, este mes de abril ha recibido la insignia de oro del buscador de blogs Bitakoras.com, así que gracias a quienes me leéis, seguís y compartís mis escritos para que lleguen muy lejos.

Un abrazo a tod@s!!

¡Hasta el próximo Post!

Elena Tur

10 comentarios en «La pesadilla que la liberó»

  1. Qué bonito y que real porque los problemas psicológicos están a la orden del día. Gracias por la inspiración para seguir adelante.

  2. Gracias por seguir regalándonos tus relatos, este de fantasía-realidad da que pensar y mucho. Felicidades por tus logros, es una gran alegría ver que se reconoce el trabajo bien hecho.

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