Cambios

Estos días estoy pensando mucho en los cambios. En lo rápido que vienen, en lo que suponen, en su importancia…

Aún cuando podamos vivir dentro de una rutina establecida, a veces incluso sin ser conscientes de ello, cada día sufrimos cambios. Unos imperceptibles a simple vista, como nuestra transformación física, que va a cámara lenta, pero que podemos comprobar con tan sólo coger una foto de un par de años atrás. Otros muy duros, cuando afrontamos pérdidas personales, que impliquen un duelo, tras un fallecimiento o una ruptura.

También la vida depara situaciones del todo impredecibles, porque quién nos iba a decir cuando celebrábamos las campanadas, que el nuevo año nos depararía lo que hemos vivido: pandemia, confinamiento, muertes y crisis económica. Ahora, en esta «nueva» normalidad, sabemos que en el fondo nada es como antes, porque hemos de vivir de otro modo más precavido; e incluso reinventarnos para mantener el trabajo o buscar otras opciones si no lo tenemos.

Independientemente de que se vean venir, o aparezcan de repente para ponerlo todo patas arriba, no queda otra que intentar afrontar cada situación con serenidad.

Pero no lo cojamos todo por la parte tremenda. La mirada pesimista no da soluciones en ningún caso. La vida ha dado un golpe sobre la mesa para hacernos entender -para quien no lo tuviera claro antes-, que nada es seguro.

Somos seres frágiles que estamos de paso, por eso hay que captar el mensaje y dedicarnos a lo importante.

En el día a día hemos de ser conscientes de lo que hay, pero también de que no podemos dejar de vivir, si no todo lo contrario: hacerlo más intensamente. Ser nosotros quienes vayamos a por esa transformación que nos haga mejores. Los detalles si importan, así que porqué no descubrirnos nuevas aficiones, gastronomías, lugares o compañeros de viaje. Las sonrisas que consigamos con cada acción diferente, nos ayudarán a ir sorteando los baches del camino.

Los cambios ponen la sal a la existencia. No nos dejan acomodarnos demasiado y hasta pueden resultar apetecibles, como cuando después de un frío invierno, en el que amamos refugiarnos con una lectura bajo la manta, pasamos al alegre verano que nos pide lanzarnos al mar.

Atrevámonos a buscar nuevos gestos y rutinas que contribuyan a conseguir una vida más plena. Al menos que no se diga que no lo hemos intentado.

Creámoslo así para crearlo.

Fotografías: Imagen 1 Leonardo Valante – Imagen 2 S. Hermann & F. Richter – Imagen 3 StockSnap – Imagen 4 Free Photos – Imagen 5 Pexels – Imagen 6 Steve Bidmead -Imagen 7 A través de Pixabay

¡Hasta el próximo Post!

Elena Tur

6 comentarios en «Cambios»

  1. Los cambios, aunque elegidos, siempre cuestan así que tienes razón en que hay que afrontarlos con optimismo. Todo pasa por algo.

  2. Si, tienes toda la razón, aunque sea dentro de nuestra limitada rutina hay que exprimir la vida porque no te das cuenta y se te han pasado 20 años de un plumazo…intentemoslo… 🙂

    1. Los cambios cuestan, es verdad. Los negativos no los elegimos pero hay que afrontarlos. Los voluntarios pueden ser pequeños o grandes pero hacernos ir a mejor. Además, si sólo estamos instalados en la rutina, y no aspiramos a nada más, quizás lleguen el día de los arrepentimientos por no habernos atrevidos a probar…

Cuéntame tú...